Según dejó reflejado S. Isidoro de Sevilla en su obra “De eclesiasticis officis”, existe una clase de monjes cuyo nombre, eremitas, viene del griego “eremos” (solo o abandonado), en este caso abandonado a Dios.
En toda esta zona, plagada de montículos de caliza, es frecuente encontrarnos con Eremitorios, esto es, lugares donde vivían los eremitas dedicados a la oración, la meditación y la vida en soledad. Son excavaciones en la roca que mediante túneles y ensanchamientos dibujan estancias de forma casi caprichosa.
Por hacer mención de alguno de ellos, recomendamos visitar la Cueva del Moro, que se encuentra en las inmediaciones de la localidad de Pastrana. Para llegar a ellas, una vez en Pastrana, debemos atravesar el pueblo, y continuar por la misma carretera 2 kilómetros, hasta tomar el desvío en dirección a Valdeconcha. Nada más coger el desvío, en la parte derecha de la calzada encontramos el enclave a visitar. Podemos dejar el coche en una pequeña explanada, en la misma intersección de Valdeconcha.
La Cueva del Moro es un conjunto de naves y galerías excavadas en la roca y organizadas en dos bloques de cuevas a los que se accede a través de varios orificios o bocas talladas. Las naves tienen altura suficiente como para desplazarnos por las estancias sin necesidad de agacharnos y los techos, ahumados por el fuego, simulan una bóveda puntiaguda. En las paredes interiores y en la parte superior de la peña, se han descubierto numerosos signos de un alfabeto indescifrable, que algunos han identificado con la escritura ibérica. Recorrer sus galerías, en absoluto silencio, transporta a otras épocas y transmite una extraña sensación de bienestar y paz. No olvidéis llevar una linterna para visitarlas ya que la luz del exterior solo llega a las galerías de la entrada.
Otras cuevas que es interesante visitar son los Eremitorios de Ercávica. Se puede llegar a ellos por la carretera CM-2002, desde la localidad de Villalba del Rey y también es posible hacerlo desde la CUV-2132, atravesando el pueblo de Alcohujate. Una vez dentro del núcleo urbano de Cañaveruelas, se encuentra indicado el camino al yacimiento arqueológico de Ercávica al que llegaremos después de unos pocos kilómetros a través de un camino asfaltado. El antiguo poblamiento romano de Ercávica se encuentra junto al río Guadiela, en el embalse de Buendía. Apenas a 2 Km. del Cerro de las Grajas donde se asienta Ercávica, y en un radio no superior a los 20Km, se pueden ver más de treinta de estos eremitorios, hechos por los anacoretas y eremitas de los siglos VI y VII y ubicados a la orilla de las calzadas. Como en el caso anterior, son construcciones que no por ser primitivas dejan de ser espectaculares. Según la leyenda allí reposan los restos de San Donato el Africano, el que según cuentan fue enterrado en la tumba de la cueva y sobre su techo están excavadas 51 sepulturas antropomorfas.
Existen también otros eremitorios dignos de visitar en Valdeolivas (“La Cueva de los Pobres”), en Villar del Infantado, a 30 minutos de Cuenca, en Salmerón (“La Cueva de San Román” y “La Covatilla”) y en Peñalver, a solo 17 minutos de Guadalajara.